
Me considero uno de tus mejores amigos y hasta pienso que la reciprocidad es verdadera por todo lo que has hecho, has sonreído y llorado por mi. Pero no tengo el derecho de exigir que confíes ciegamente en mi, no tengo el derecho de saber todo respecto a ti, no tengo el derecho de robar tu tiempo, no tengo el derecho de interferir tus caminos, no tengo el derecho de chantajearte con mi bondad, no tengo el derecho de exigir que llores reclinado en mí, no tengo el derecho de reclamar por las verdades que no dijiste, ni por la mentira que proferiste, ni por los secretos que ocultaste.
El ser tu amigo no me da derecho alguno sobre tu conciencia. Al contrario, ser tu amigo implica tan sólo que quiero tu bien, porque te aprecio mucho. Te alertaré sobre ciertos peligros, estaré allí cuando cometas errores, estaré ansioso cuando tengas una pena intensa, estaré inquieto cuando no te vaya bien, y estaré sonriendo de alegría cuando estés feliz.
Para mí no quiero nada, ni siquiera el consuelo de saber que soy o no tu mejor amigo, lo que dices o no dices, tampoco si sientes o no sientes que soy la mejor persona que ha pasado por tu vida. ¿Qué espero y deseo?. Lo que espero y deseo es que nunca te canses de mi amistad y que nunca te aburras de saber que alguien se preocupa por ti.
Lo que espero y anhelo es que si un día necesitas un par de oídos, busques, entre otros, también los míos; si cualquier día el dolor te atormenta, espero que tengas el valor de venir sin miedo alguno, aunque vengas cansado, maltratado y vacío, a decir que necesitas a alguien como yo, que nada quiero a cambio, sino tu paz interior.
Lo que realmente quiero es que entiendas que no te quiero para mí, sino tan sólo para ti. No te quiero con exclusividad, sino con ternura, fraternidad y sinceridad. Quiero que entiendas que si las circunstancias lo exigieran, desaparecería de tu vida para que mi recuerdo o mi presencia jamás te impidiera ser feliz. Sé que no necesitas de mí, pero porque soy tu amigo quiero que me necesites, porque con tu amistad, yo crezco mucho más.
Yo no quiero nada de ti; sólo deseo ser una presencia amiga en tus alegrías y en tus lágrimas. Espero que me aprecies un poco, aunque no te haga falta, ni te aferras a mí como a una tabla de salvación. Todo lo que quiero es conquistarte para Dios. Por eso, cuando no he podido hablar de Dios contigo, he hablado a Dios de ti y en alguna forma no has dejado nunca de estar presente.
¿Sabes qué es lo que más me encanta de nuestra amistad? Pienso que has permanecido libre a pesar de todo lo que me has oído. Si esto no fuera amistad, entonces no sería tu amigo. Si todo esto es amistad de la más pura, entonces estamos en paz.
Finalmente, quiero que sepas la mayor de las razones por las cuales he sido tu amigo de todas horas: Sin saberlo, tú me has elevado muy alto, muy cerca de Dios. Has creído en Dios a tu manera, y yo según mi modo...
Autor Desconocido
A propósito de los amigos
Hay amigos eternos, amigos que son de piel y otros que son de fierro.
Hay amigos del tiempo, de la escuela, del trabajo, de la Facul.
Amig os que se aprenden, otros que se eligen, y amigos que se adoptan.
Hay amigos del alma, del corazón, de la sangre.
Hay amigos de vidas pasadas, amigos para toda la vida.
Hay amigos que son más que amigos.
Hay amigos que son hermanos, otros que son padres; también hay amigos que son hijos.
Hay amigos que están en las buenas, otros que están en las malas.
Hay amigos que están siempre.
Amigos que se ven, otros que se tocan, otros que se escriben.
Por supuesto que hay amigos que se van, que nos dejan;
Hay amigos que vuelven y otros que se quedan.
Hay amigos inmortales, amigos de la distancia.
Hay amigos que se extrañan, que se lloran, que se piensan.
Amigos que se desean, que se abrazan, que se miran.
Hay amigos de noche, de siestas, de madrugadas.
Hay amigos hombres, amigos mujeres, amigos perros.
Hay amigos que deliran, otros que son poetas.
Hay de los que dicen todo, amigos que no hacen falta decirlos.
Amigos nuevos, viejos, viejos amigos.
Hay amigos sin edad, amigos gordos, flacos.
Hay amigos que no nos llaman, que tampoco llamamos.
Con poco tiempo, amigos desde hace una hora, desde recién.
Hay amigos que dejamos ir, otros que no pueden venir.
Amigos que están lejos, amigos del barrio.
Amigos de la palabra, amigos de lo ajeno, amigos incondicionales.
Hay también amigos invisibles, amigos sin lugar, amigos de la calle.
Amigos míos, amigos tuyos, amigos nuestros.
Hay muchos amigos; amigos en común, amigos del teatro, de la música.
Amigos de verdad.
Hay amigos que están tristes, otros que están alegres, otros que simplemente no están.
Hay amigos que se la pasan en la luna, otros en el campo, y otros en el cielo.
Pero todos, absolutamente todos los amigos, tienen algo en común:
Son indispensables. No los olvides nunca.
COMPARTIDO POR RITA LOPEZ LIMON
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tanto a mi como a los que visitan el blog nos gustaria saber que opinas de las entradas, animate dejame un comentario........LO PUEDES HACER DE MANERA ANÓNIMA!!