CUANDO ESCRIBO.....

ALGUNA VEZ TE HAS SENTIDO TAN BIEN..... QUE INCLUSO PARECE QUE TODO LO QUE HACES Y LAS COSAS TE ESTAN SALIENDO DE MARAVILLA, EN UNA SITUACION ASI , TODAS LAS ACTIVIDADES QUE EMPRENDEMOS NOS PARECEN TAN FACILES....SE SIENTE UNO INCREIBLEMENTE CREATIVO Y COMO QUE LA SUERTE ES NUESTRA ALIADA....ADEMAS NOS EMBARGA UNA GRAN FELICIDAD, BUENO, ES AHI, SI PRECISAMENTE EN ESOS "MOMENTOS MAGICOS", QUE YO APROVECHO PARA ELABORAR CADA UNA DE LAS ENTRADAS DE MI BLOG O BITACORA Y LAS QUIERO COMPARTIR CONTIGO....CUANDO NO ME SIENTO SINCERAMENTE FELIZ SIMPLEMENTE NO ESCRIBO........

viernes, 29 de octubre de 2010

COMO NOS COMUNICAMOS....





Muchas veces caemos en la trampa mental de contemplar
a los que tienen éxito y figurarnos que son así gracias a algún
hechizo mágico y lo que les diferencia de los demás— es su aptitud
para ponerse en acción.


Todos nosotros producimos dos formas de comunicación
que configuran nuestras experiencias vitales. En primer lugar,
desarrollamos una comunicación interna, constituida
por las cosas que nos representamos, decimos y sentimos en
nuestro fuero interno. En segundo lugar, experimentamos la
comunicación externa: con el mundo exterior nos comunicamos
por medio de palabras, entonaciones, expresiones faciales,
posturas corporales y acciones físicas. Cualquier comunicación
de las que realizamos es una acción, una causa
puesta en movimiento. Y todas las comunicaciones ejercen
algún tipo de efecto sobre nosotros mismos y sobre los
demás.La comunicación es poder. Quienes han alcanzado el dominio eficaz de aquélla están en condiciones de modificar su propia experiencia del mundo y la experiencia que el mundo saca de ellos.

La totalidad de la conducta y de los sentimientos
tiene sus raíces en alguna forma de comunicación. Quienes
influyen en los pensamientos, sentimientos y acciones de
la mayoría de nosotros son aquellos que saben cómo utilizar
esa herramienta de poder.


La historia personal de quienes triunfan nos demuestra, una y otra vez,
que la calidad de la vida no está determinada por lo que nos
ocurre, sino por lo que hacemos ante lo que nos ocurre.
Uno es la única persona que puede decidir cómo quiere sentirse y actuar, en función de cómo haya elegido percibir su existencia. Nada tiene sentido, excepto el que nosotros mismos le demos. En muchos de nosotros, este proceso de interpretación
se ha convertido en un automatismo, pero siempre
es posible redirigir ese poder y cambiar inmediatamente
nuestra experiencia del mundo.

Lo cierto es que uno puede dominar la
propia actividad mental y la propia conducta hasta tal punto
que nunca hubiera creído posible.

Los estados emocionales,por ejemplo, uno no «cae» en una depresión, sino que la crea, lo mismo que cualquier otro «resultado» de la vida, mediante unas acciones
mentales y psíquicas determinadas.

La Fórmula Definitiva del Triunfo; el primer factor estriba en saber
exactamente cuál ha de ser el resultado, o sea definir con
precisión lo que uno quiere conseguir
. El segundó factor
consiste en pasar a la acción, ya que de lo contrario los deseos
quedarían para siempre en la esfera de los sueños,el tercer factor estriba en desarrollar la agudeza sensorial que se necesita para distinguir qué
clase de reacciones y resultados obtenemos como consecuencia
de nuestras acciones
, y en observar cuanto antes si
estamos en el camino correcto o nos desviamos por defecto o
por exceso.El cuarto factor, que estriba en desarrollar la flexibilidad imprescindible para modificar el rumbo de nuestra conducta hasta conseguir lo que queremos.

Todos aquellos que triunfaron empezaron con una meta, blanco u objetivo, puesto que no es posible acertar cuando uno no sabe adonde apunta. De la capacidad que tenga para comunicarse consigo mismo de tal manera que motive
la acción, pese al miedo que uno tiene programado en su
fuero interno en lo relativo a las posibles consecuencias. La
moraleja es que las personas pueden hacer prácticamente
cualquier cosa si logran encontrar dentro de sí los recursos
para creer que pueden y para poner efectivamente manos a la
obra.



La diferencia entre las personas que ofrecen resultados positivos y las que no, no es un golpe de suerte afortunado. Existen unos patrones de acción
coherentes y lógicos, unos caminos determinados hacia
la excelencia, y están al alcance de todos nosotros. Todos
podemos hacer aflorar el poder mágico que albergamos.
Sencillamente, hay que aprender a poner en marcha y utilizar nuestra mente y nuestro cuerpo de la forma más poderosa y provechosa.

Por pasión, uno madruga y trabaja hasta altas horas de la noche. Pasión es lo que quiere hallar la gente en sus relaciones; la pasión da vigor a la existencia y le confiere savia y sentido. No se alcanza la grandeza
sin una pasión por ser y hacer algo grande; no importa si las
aspiraciones son las de un atleta o las de un científico, las de
un padre de familia o las de un hombre de negocios.

¡La fe! Son las creencias lo que distingue principalmente a quienes destacan en algo grande de quienes fracasan, ya que nuestra fe en lo que somos y podemos llegar a ser determina con bastante exactitud lo que seremos.
Lo posible es aquello que nosotros creamos verdadero, posible o real.
La pasión y la fe se combinan para dar el «combustible»,
el impulso que lleva a la excelencia.

¡La estrategia! La estrategia es la manera de organizar los recursos.Uno puede abrir una puerta derribándola, o descubrir que no estaba echada la llave.

¡La claridad de los valores! son valores: los juicios
fundamentales de orden ético, moral y práctico que formulamos
acerca de lo que realmente importa. Los valores son
sistemas de creencias que nos sirven especialmente para juzgar
lo que está bien y lo que está mal en nuestras vidas
; son
nuestros juicios acerca de lo que vale la pena.Cuando contemplamos a los
grandes triunfadores vemos que casi siempre son personas
con un gran sentido de lo que fundamentalmente les importa
en realidad, pero que coinciden en poseer un fundamento
moral básico, un sentido de lo que son y de por qué
hacen lo que hacen. Una comprensión clara de los valores es
una de las claves más exigentes, y al propio tiempo más gratificantes,
para alcanzar la excelencia.



¡La energía!Los triunfadores se apoderan de las oportunidades y les dan forma.

¡Poder de adhesión!con las demás personas, cualesquiera que sean sus
orígenes sociales y sus creencias. El mayor triunfo no sucede en los escenarios del
mundo, sino en los repliegues íntimos del corazón. Y en el
fondo, todos deseamos establecer relaciones duraderas de
afecto con otros, pues sin ellas cualquier éxito o cualquier
excelencia nos parecerían huecos y vacíos.

¡Maestría en las comunicaciones!Las personas que tienen éxito son las que han aprendido a aceptar cualquier desafío que les presente la vida
y a comunicar esa experiencia consigo mismos de tal manera
que logran cambiar las cosas a mejor. Las personas que fracasan
se resignan ante las adversidades de la vida y las asumen
como limitaciones.
Las gentes que conforman y moldean
nuestras existencias y nuestras culturas son también maestros
en comunicarse con los demás. En todos ellos hallamos la
capacidad de transmitir una visión, una búsqueda, una alegría
o una misión. El dominio de las comunicaciones es lo que
hace a los grandes padres, los grandes artistas, los grandes
políticos y los grandes maestros.

Hay que adueñarse de nuestro propio cerebro y de nuestro cuerpo, y dirigirlos
con más eficacia que nunca. Para ello hay que actuar sobre factores que nos afectan al modo en que uno se comunica consigo mismo.

Cómo descubrir lo que uno realmente le pide a la vida, y cómo puede comunicarse
más eficazmente con los demás y averiguar, al mismo
tiempo, qué patrones de conducta crean habitualmente los
distintos tipos de personas.Cómo nos comportamos, qué cosas nos motivan y qué aportación podemos realizar, en un plano más vasto, extrapersonal; cómo combinar las aptitudes que uno habrá aprendido, para convertirse en un líder. Hay que darnos una oportunidad para mejorar inmediatamente la calidad de nuestra experiencia vital.

Sólo un pequeño porcentaje vive realmente tal como había soñado.
¿Por qué? Pues porque eso requiere un esfuerzo
; requiere
una acción perseverante. El éxito es una cosa sencilla. En
primer lugar, uno decide expresamente lo que quiere; en segundo
lugar, decide si está dispuesto a pagar el precio necesario
para conseguirlo. Y luego hay que pagar ese precio.

Pero hay muchas maneras de poner manos a la obra; muchas veces la elección depende de un largo proceso de errores y nuevos ensayos. Muchos de los
grandes triunfadores tuvieron que corregirse y cambiar de
planteamiento incontables veces, antes de alcanzar sus objetivos.
Ello se consigue por medio del <

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