Es hora de cambiar esta situación. Cada uno de nosotros tiene el poder dentro de si mismo para crear la vida que quiera, la vida que sueñe, la vida que en verdad nacieron para vivir. Cada uno de nosotros merecemos cumplir con todo nuestro potencial y manifestar nuestro verdadero destino. Es nuestro derecho de nacimiento, pero debe ser reclamado. Debe ganarse a través del trabajo arduo, y parte de ese trabajo es primero aprender y luego vivir bajo los principios de una eficacia comprobada porque son atemporales y están garantizados para lograr los resultados deseados.
Y nosotros, como un solo individuo, podemos tener un tremendo impacto.
La mayoría de nosotros no aprendimos los principios de éxito en la escuela o en la iglesia. Sólo unos pocos de nosotros los aprendimos desde la casa. En lugar de ello, se han comprobado que los principios del éxito han sido otorgados por mentores, maestros, entrenadores y más recientemente atraves de libros, seminarios y programas de audio.
Como estudiante de éxito, uno tiene mucha sabiduría que ofrecer a la gente que le rodea en su vida. El mejor regalo que se le puede dar a cualquier persona es un don de poder y amor. ¿Qué podría ser más amoroso que ayudar a alguien que uno quiere para saber como liberarse de sus creencias limitantes y la ignorancia sobre el éxito, y darles el poder de crear la vida que realmente quieren desde las profundidades de su alma?
Imaginando las Posibilidades
¿Qué pasaría si todos en nuestra familia renunciaramos a quejarnos, tomar toda la responsabilidad de si mismos y de sus vidas y empezar a crear la vida de sus sueños? ¿Qué pasaría si cada uno en una empresa practica estos principios? ¿Qué pasaría si cada miembro de algun equipo de algún deporte enfoca la vida de esta manera? ¿Qué pasaría si todos los estudiantes de la escuelas preparatorias supieran sobre estos principios y de como ponerlos en práctica en clase, en el campo de juego o en su vida social? ¿Qué pasaría si cada hombre y mujer en la cárcel pudiera aprender estos valiosos principios antes de que fueran reintegrados de nuevo en la sociedad? Sería un mundo mucho muy diferente.
Imaginemos un mundo donde cada uno tomase al 100% la responsabilidad de sus vidas y los resultados que produce o no produce. Donde todo el mundo pudiera ser claro acerca de sus visiones y sus objetivos. Donde nadie pudiera caer víctima de la crítica y el abuso de los otros. Cuando todo el mundo perseverase frente a la adversidad y el desafío.
Los hombres y las mujeres se unirían en grupos para apoyarse unos a otros para convertirse en todo lo que podrían ser. La gente les preguntaría sobre lo que necesitan y quieren y se sentirían libres de decir no a las demandas de los demás cuando no sean justas para ellos sin tener que responder con un sí. La gente dejaría de lloriquear y quejarse y seguir adelante con la creación de la vida que quieren. La gente diría la verdad y se escucharían los unos a los otros con compasión, porque saben que la paz, la alegría y la prosperidad florecerían si asi lo hicieran.
En resumen: ¡El mundo funcionaría mucho muy diferente!
La mayor contribución
La mayor contribución que podemos realizar al mundo es crecer en la auto-conciencia, la auto-realización y el poder de manifestar sinceramente nuestros propios sueños y deseos. Esta es la razón por la cual Mahatma Gandhi aconsejó: "Sé el cambio que quieres ver en el mundo."
Al cambiar, las personas a nuestro alrededor se darán cuenta de ello y se inspiraran para modelar sus propias acciones. Y a medida que cambien, encontraremos que nuestro pequeño mundo se vuelve más como ese lugar que uno sueña que sea, lleno de apoyo, de paz y amor.
La siguiente gran cosa que uno puede hacer es facilitar activamente el crecimiento de los demás. Porque con ello no seríamos los únicos que se beneficiarían por la inversión de tiempo y energía en la asunción del rol de profesores o mentores.
Al ir compartiendo nuestra sabiduría nos veríamos obligados a clarificar nuestras ideas, a confrontarnos con las inconsistencias de nuestro propio pensamiento y poniendo más cuidado y atención al ir conduciendo nuestras charlas. Pero lo más importante requiere que uno lea, estudie y hable sobre información disponible una y otra vez. La gran ventaja que se obtiene es que con la repetición resultante se refuerza el propio aprendizaje.
Y aquí hay otro beneficio importante: entre más uno ayuda a otras personas a tener éxito en la vida, más se va a querer ayudar a si mismo para lograr tener éxito. Si alguna vez te preguntaste por qué las personas que enseñan estrategias de éxito son tan exitosas, aquí está la respuesta: Porque han ayudado a tantas personas a conseguir lo que quieren dando como resultado que ellas mismas se han ayudado, naturalmente, al querer devolver el favor. Lo mismo será cierto para culaquiera.
Ayudar a crear un movimiento
Imagina un mundo donde todo el mundo se inspire en creer en sí mismos y en sus habilidades y este facultado para desarrollar todo su potencial y haga realidad todos sus sueños. Sería formidable que los principios del éxito se enseñaran en todas las escuelas y las universidades, y se practicasen en todas las pequeñas empresas y grandes corporaciones.
Sería formidable unirse en la difusión de estas palabras y cambiar el mundo. Si uno se siente inspirado podrá compartir los principios del éxito con sus clientes, estudiantes, empleados y familiares y volverse un instructor de los principios del éxito.
Si uno está listo para ayudar a llevar los principios al mundo de una manera más estructurada, un mundo mucho mejor nos estaría aguardando a todos.
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